Las autoridades iraníes temían ayer que llegue a 500 la cifra
víctimas mortales, a causa de un terremoto de 6,4 grados en la
escala de Richter que sacudió la zona de Zarand, en el sureste de
Irán. La agencia de noticias iraní, IRNA, que cita al diputado de
Zarand en el Parlamento, Husein Amiri, señaló que los equipos de
rescate habían rescatado ayer tarde 300 cadáveres de entre los
escombros. También indicó que las condiciones climáticas y la
naturaleza montañosa de la zona afectada dificultan las operaciones
de rescate.
La agencia ISNA aventura que al final podría haber más de un
millar de muertos debido a que un buen número de aldeas de la
región están totalmente destruidas. El afectó sobre todo la
provincia de Kerman, contigua a la provincia de Bam, donde otro
seísmo causó 26.000 muertos en diciembre de 2003.
En las cercanís de Zarand, localidad donde se situó el
epicentro, hay pueblos y aldeas que han quedado destruidos hasta en
un setenta por ciento, especialmente en la periferia de Ravar. El
suministro eléctrico se ha interrumpido en toda la zona, pero no
así el de gas, y las líneas de teléfono funcionan con normalidad.
En un intento de mantener la normalidad, el Gobierno ha ordenado
que las escuelas sigan abiertas y, allí donde hayan resultado
afectadas, las clases se impartan en los patios.
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