En medio del frío y la expectación, ayer por la noche arribó al
Port d'Andratx la nave «Joven Daniel», que ayer sufrió una avería
cuando faenaba a 16 millas de la costa de Sóller. El barco, un
arrastrero tripulado por cuatro pescadores, había acabado de faenar
sobre las 15.00 horas. Cuando el mecánico de la embarcación se
disponía a parar la máquina que jala las redes, descubrió que había
una importante vía de agua en la sala de máquinas, por lo que envió
un mensaje de emergencia por radio.
Los tripulantes se apresuraron a poner en marcha cuatro bombas
de achique automáticas y una manual, aunque pronto vieron que la
cantidad de agua que entraba en la nave era superior a la que
podían achicar. Los marineros decidieron ponerse el chaleco y
botaron las dos lanchas salvavidas, en previsión de que el barco
pudiera irse a pique. «Vivimos momentos negros de nerviosismo y
pensábamos que perdíamos el barco», comentó Daniel Manuel Romero,
de 25 años. Daniel comentó que el agua invadió los camarotes y se
mezcló con el gasoil, creando una situación peligrosa. Sin embargo,
decidió lanzarse al interior de uno de los camarotes para recuperar
un anillo de oro que le regaló su mujer.
Al cabo de unos minutos llegó el pesquero «Cap de Salines», que
comenzó a arrastrarles hacia el Port d'Andratx hasta la llegada del
barco de Salvamento Marítimo «Salvamar Acrux», que les condujo a
puerto. Allí les esperaban dos coches de bomberos, el armador de la
nave, el patrón de la cofradía de pescadores de Andratx y unos 50
vecinos. Las labores de achique del agua se prolongaron durante
toda la noche y dejaron al descubierto cuantiosos daños en el
interior de la nave, aunque por fortuna los tripulantes no han
sufrido daños personales.
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