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George W.K., un ciudadano británico que fue detenido el pasado mes de noviembre después de protagonizar una sonada persecución en Peguera en la que estuvo a punto de atropellar a dos guardias civiles, fue juzgado ayer en Palma. El acusado debía responder del robo del vehículo, un Mercedes Clase A, y de otros seis robos cometidos en mansiones de lujo de Andratx y en dos yates atracados de los que se llevó diversos objetos de valor.

La localización del acusado se debió a la casualidad, y comenzó cuando una mujer que circulaba por la autopista de Andratx reconoció el vehículo robado, circulanddo en paralelo al suyo. La mujer dio aviso a la Guardia Civil, que montó un control en la rotonda de Cala Figuera. Cuando el ladrón se vio en apuros, aceleró y a punto estuvo de atropellar a dos agentes de la Benemérita, que pudieron esquivarle echándose a un lado. Un día después la Guardia Civil le localizó en un chalet de lujo del Port d'Andratx, donde fue detenido tras una noche de vigilancia. El acusado estaba en posesión de diversos objetos sustraídos, entre ellos un motor fuera borda, prismáticos y un monitor de televisión.

Durante el juicio, el acusado mantuvo una actitud arrogante hacia la fiscal y el juez, quien le llamó la atención e incluso tuvo que ordenar un receso para «calmar los ánimos». El fiscal pide para él una pena de cinco años de cárcel por un delito continuado de robo con fuerza aunque su letrado, Ramón Caubet, solicita la absolución al considerar que no hay pruebas directas de su implicación en los robos.