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Al menos 30 niños de edades comprendidas entre los siete y ocho años murieron y más de un centenar fueron hospitalizados ayer tras comer un tubérculo local en una escuela de la isla filipina de Bohol, 650 kilómetros al sur de Manila. Según el director de la policía regional, el superintendente Eduardo H.Gador, la intoxicación se produjo a causa de la ingesta de «cassava» frita en la escuela de enseñanza elemental de San José, en la localidad de Talibon. La fuente añadió que la mayoría de las víctimas fallecieron en varios hospitales de la zona, donde fueron ingresados con síntomas de deshidratación, vómitos y diarreas.

Fuentes sanitarias de Talibon señalaron que los profesores y padres de las víctimas decidieron acercar a los niños afectados a los hospitales unas tres horas después de comer el tubérculo. Portavoces médicos del Memorial Hospital de Talibon indicaron que seis de los ingresados se encuentran en estado grave y se teme por su vida, mientras que el resto está bajo observación. Los doctores barajan la posibilidad de que la «cassava», un tubérculo de gran consumo en Filipinas, contuviera pesticidas o algún tipo de insecticida.

Tampoco se descarta que los fallecimientos se debieran a una intoxicación en los órganos internos de los niños derivada del cianuro de potasio que contiene esta planta. Los restos del producto causante del envenenamiento están siendo analizados en el laboratorio de la policía de Talibon, que sigue investigando las causas de la intoxicación.

El tubérculo fue vendido a los responsables del colegio por una comerciante con amplia experiencia y de 67 años de edad, que también resultó intoxicada y que se encuentra grave. La vendedora, Anna Tinaan Luyong, que sobrevivió a la intoxicación, permanece ingresada en el hospital.