El trabajador rumano se precipitó desde una altura de doce metros en esta obra de Pollença.

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El pasado día 29, al mediodía, el muchacho extranjero se precipitó por el hueco del ascensor de un edificio en construcción, en la calle Vicente Buades número 6. Sufrió una traumatismo craneal agudo, lesiones medulares, fractura de varias cervicales y quedó ingresado en la UCI de Son Dureta en estado crítico. La Policía Local, la Guardia Civil y los equipos sanitarios acudieron hasta esa dirección y tras atender al herido abrieron una investigación sobre lo ocurrido. La primera versión que se ofreció sobre el accidente fue extraña. Los compañeros de la víctima, y también el constructor, sostuvieron que Benjamin había acudido hasta aquellos pisos en obras para ver a su padre, que trabajaba en la cuadrilla de obreros.

Los datos no cuadraban y el caso pasó a manos de la Policía Judicial, que comenzó a tomar declaración a todos los testigos y fue confirmando que el relato inicial era falso. El rumano no tenía contrato laboral porque no tiene ni residencia ni permiso de trabajo en España. Su familia también intentó esquivar a los investigadores en los días que sucedieron al accidente y al final los agentes decidieron actuar y, tras reunir pruebas, detuvieron al constructor y a siete de sus empleados.

Según han confirmado en fuentes de un juzgado de Inca, el empresario está acusado de un delito contra el derecho de los trabajadores, y los siete operarios de falso testimonio y encubrimiento. En las pesquisas no se ha podido probar si estos últimos fueron sobornados o chantajeados para sostener la versión falsa. La víctima sigue en la UCI y al parecer ha quedado tetrapléjico a causa de sus lesiones medulares.