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J.JIMÉNEZ/R.CERVANTES
Purificación Azancot, la joven judía embarazada de ocho meses que fue asesinada hace un mes en Melilla, junto a su marido, vivió y trabajó durante muchos años en Mallorca, según confirmaron ayer a Ultima Hora sus compañeros del supermercado de Cala Rajada donde estuvo empleada en la charcutería.

El crimen del matrimonio judío, a manos de un carpintero marroquí, ha causado auténtica conmoción en Melilla, tal y como confirmaron ayer redactores del periódico «Melilla Hoy», que lleva varias semanas informando del doble asesinato. La víctima llegó a Mallorca en 1995 y empezó una relación con un chico que todavía reside en la Isla. Durante ese período de tiempo estuvieron viviendo en un apartamento alquilado de Cala Rajada y ella encontró empleo como charcutera en un 'súper' de la cadena Syp. Sus compañeras de entonces la recordaron ayer como «una chica encantadora, la llamábamos 'Tsipo' (de Tsiporah, su nombre en hebreo) y no tenía problemas con nadie. Estamos muy afectadas». Durante años trabajó y vivió en Mallorca, hasta que rompió con su compañero y decidió regresar a su Melilla natal, donde vive su familia. Allí rehizo su vida y conoció a Naftali, que luego se convertiría en su marido. La pareja se casó recientemente y ella estaba embarazada de ocho meses. El pasado 9 de marzo los bomberos acudieron a una vivienda de la calle Actor Tallavi, a la altura del número 26, por un incendio que se había declarado en el tercer piso. En el interior se encontraron el cadáver desfigurado de Purificación: le habían quemado el rostro y presentaba puñaladas en distintas partes del cuerpo. El feto también había muerto. El cuerpo sin vida de su esposo, de 30 años, apareció en el garaje, igualmente cosido a puñaladas.

El Grupo de Homicidios se hizo cargo de la investigación y durante los primeros días circularon rumores sobre un posible ajuste de cuentas por un tema sentimental o de una agresión con tintes racistas. Sin embargo, la verdad se conoció hace una semana, cuando fue detenido el marroquí Salhi S., natural de Farhana (Marruecos) y de 24 años de edad. Este carpintero magrebí reconoció que les había realizado unos trabajos en su casa y que, a la hora de cobrar, habían surgido divergencias. El problema estribaba en cinco euros que Salhi aseguraba que le adeudaban, y que el matrimonio judío se negaba a pagarle. Entonces, supuestamente, la emprendió a cuchilladas con el cabeza de familia. Luego, cuando Tsiporah lo descubrió en pleno ataque, también la mató a ella, a pesar de que estaba a punto de dar a luz. Antes de huir provocó el incendio para calcinar los cuerpos y eliminar huellas. En la actualidad está en prisión.