Conflicto judicial en Palma por la propiedad de dos décimos de lotería premiados

En primer lugar, dos parejas demandaron a la tercera acusándola de quedarse con los décimos y después, este último matrimonio ha denunciado a los otros dos por denuncia falsa, falsedad documental y calumnia con publicidad ya que no se compraron tales décimos. Ayer tenía que celebarse el juicio por estas últimas acusaciones en el juzgado de lo Penal número 4, pero se suspendió por la ausencia de un testigo esencial para la acusación.

El relato de los hechos es bastante complejo. Las tres parejas se conocían desde hacía años, solían hacer viajes juntos y eran compradores habituales de lotería. En el verano del año 2000 recorrieron distintos puntos de la Península y en algunos de ellos compraron décimos de Navidad en común. Ese año, el «gordo» tocó en Segovia y se da la casualidad de que las tres parejas habían estado allí. Uno de los maridos le preguntó a otro si tenían un décimo de Segovia, éste le dijo que lo tenía que mirar porque habían pasado varios meses, y después le contestó que de Segovia no tenían nada.

A partir de ese momento desapareció la amistad que había entre ellos ya que dos de las parejas sospecharon que la otra les podía estar engañando e interpusieron una querella en su contra, acusándola de haberse apropiado de dos décimos, premiados cada uno con 30 millones de pesetas, que habían adquirido durante el viaje. Uno de los querellantes afirmaba que reconocería uno de los décimos ya que recordaba haberlo escrito en el dorso.

Esta causa se siguió en el Juzgado de Instrucción número 9 de Palma. Sin embargo, tras examinarse la totalidad de los décimos premiados facilitados por el Organismo Nacional de Loterías, y no reconocer el querellante su firma en ninguno de los décimos, se decretó el sobreseimiento de la causa.