«Me lo ordenó Dios», declaró José María Sánchez, autor del acto vandálico que causó graves desperfectos a la imagen del Crist de la Sang.

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José María Sánchez Almendro, el demente que se hizo tristemente famoso por destrozar en 2002 el Crist de la Sang, fue sorprendido el martes en el interior de la sacristía de la iglesia de los Capuchinos, junto a la calle Sant Miquel de Palma. Se da la circunstancia de que el perturbado ya atacó dos imágenes de ese templo años atrás, por lo que su presencia ha causado la lógica inquietud.

El vecino de Palma, de 31 años, fue condenado por la jueza del juzgado de lo Penal número 3 a un año de cárcel por su ataque al Crist de la Sang y en la sentencia la magistrada concluyó que José María Sánchez «padece un trastorno psicótico de la personalidad, con un cuadro delirante crónico asociado al consumo de drogas». El demente, en el juicio, declaró que había atacado el Crist de la Sang «porque me lo había ordenado Dios». Pero éste no fue el único altercado de José María Sánchez en una iglesia. El 12 de abril de 2002 también entró en la iglesia de los Capuchinos y lanzó contra el suelo dos imágenes de Cristo y de San Francisco.

Las tallas estaban valoradas en 2.000 euros y por aquella acción fue condenado a otros dos años de cárcel. Sus problemas con la Justicia continuaron cuando fue juzgado en julio de 2003 por acosar a su ex compañera. Según la mujer, la amenazaba para poder ver a su hija. José María Sánchez aceptó cumplir tres meses de prisión, que se sumaron a sus condenas anteriores.

El pasado martes el demente se presentó, de nuevo, en la iglesia de los Capuchinos. Los religiosos lo reconocieron de inmediato y su presencia causó inquietud, sobre todo cuando se le localizó en la zona de la sacristía. El hombre también acudió a la puerta del convento, para recoger uno de los bocadillos que se entregan a las personas sin recursos. Cuando se encontró con una mujer a la que había propinado un empujón en abril de 2002, el día que atacó las imágenes sagradas, le espetó: «¿Qué, no te acuerdas de mi?». Ayer este periódico se puso en contacto con el padre Magí, que reconoció que José María Sánchez volvía a frecuentar los Capuchinos.