Ochocientos cuatro kilos de droga quedaron ayer reducidos a cenizas
al arder a más de mil grados de temperatura en la planta
incineradora de Son Reus. El acto de destrucción de las sustancias
estupefacientes se llevó a cabo a las 12.00 horas y estuvo
presidido por el delegado del Gobierno en Balears, Ramón Socías, y
la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar. También
asistieron los dos nuevos responsables del Cuerpo Nacional de
Policía (CNP) y de la Guardia Civil en Balears, Elicio Amez y Luis
Cuadri, respectivamente, además de otros mandos de ambos
cuerpos.
De los 804 kilos de droga que fueron eliminados, 688 eran de
«hachís», 70 de plantas, 20 de cocaína, medio kilo de heroína y
también había 17.000 comprimidos de éxtasis. Se trata de sustancias
que han sido incautadas durante los últimos seis meses por el CNP y
la Guardia Civil en las Islas.
La droga estaba dividida en 2.629 partidas, de las cuales 153
corresponden a expedientes cursados por vía judicial y 2.476
pertenecen a expedientes por infracción administrativa. En este
sentido, Ramon Socías, felicitó a las fuerzas de seguridad del
Estado por la labor que están llevando a cabo contra el tráfico de
drogas, así como a los juzgados por todo el trabajo que han
realizado y a la presidenta del Consell por ceder las instalaciones
de Son Reus.
Por su parte, Maria Antònia Munar declaró que «en estos días uno
se da cuenta de que no todo se puede reciclar o reutilizar y no
queda otra salida que la incineración». «Además, los hornos
crematorios de Son Reus aseguran que todo el material se destruye,
pero lo mejor sería no tener que quemar la droga ya que
significaría que no ha entrado en la isla», destacó.
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