Ocho meses de investigaciones ha necesitado la Guardia Civil para
esclarecer el crimen de un empresario madrileño que cenaba en un
restaurante de Eivissa y fue tiroteado por cuatro encapuchados.
Ayer por la mañana el delegado del Gobierno, Ramón Socías, y el
jefe provisional de la Guardia Civil de Balears, el teniente
coronel Luis Cuadri, dieron cuenta de los detalles de la «Operación
Lapunta» en una rueda de prensa celebrada en Palma. Socías destacó
que la brutalidad del crimen -«algo poco habitual en nuestras
islas»- dejó claro desde el principio que la banda que había matado
a José Luis López Gazado «era muy peligrosa». Las indagaciones
fueron muy complejas y además de la Policía Judicial de Balears,
también participaron efectivos de la Unidad Central Operativa de la
Dirección General, con sede en Madrid. La víctima mortal del
tiroteo formaba parte de la banda mafiosa que lo asesinó, según
confirmó ayer Socías, y su mujer y sus hijos fueron extorsionados
en las semanas siguientes al tiroteo.
J.M.C.P., de 37 años, era el jefe de la banda, y sus
lugartenientes en Toledo eran M.A.S.D., de 31, y A.G.C.R., de 36.
En Madrid actuaban V.D.V., de 30; F.R.D.D., de 32; J.F.R.P., de 35;
M.S.L.C., de 40; D.H.G.N., de 35 y G.L.C., de 39. El último
implicado, F.J.G.A.B., de 37, fue arrestado en Málaga. De los diez
implicados, ocho son españoles y dos colombianos. A medida que se
fue estrechando el cerco se descubrió que la organización mafiosa
se dedicaban a la extorsión, el tráfico de drogas, la falsificación
y la venta de coches de lujo robados, entre otros actos delictivos.
Iban armados, y extremadamente violentos. Utilizaban placas falsas
de policías, y esgrimiendo sus pistolas atracaban a otros
traficantes. Se quedaban con los alijos haciéndoles creer que
habían caído en manos de la policía, y los mafiosos afectados no
interponían denuncia porque tenían mucho que perder.
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