Los dos acusados de pegar una brutal paliza a un agente del Cuerpo
Nacional de Policía a la salida de una discoteca del Paseo Marítimo
de Palma aseguraron ayer en la Audiencia que son inocentes. El
fiscal les imputa sendos delitos de lesiones y atentado por los que
pide seis años de prisión para cada uno.
Los hechos ocurrieron el 21 de febrero de 2004. Ese día, el
policía había salido «de marcha» en compañía de su novia y de otra
pareja. Sobre las 06.00 horas, el agente vio a un grupo de gente
persiguiendo a dos jóvenes en mitad del Paseo Marítimo. Tras dar
alcance a uno de los jóvenes, varios miembros del grupo lo tiraron
al suelo y comenzaron a golpearle. El agente, al observar la
trifulca, fue hasta ellos y se interpuso entre los agresores y la
víctima. A continuación sacó su placa y, por dos veces, se
identificó como policía, exigiendo que dejasen de pegar al
joven.
Según su versión, uno de los acusados le pegó un puñetazo en la
cara sin mediar palabra y su placa cayó al suelo. El agente se
tambaleó y se agachó para recoger la identificación, momento en que
Francisco J.T.P. y Juan I.R.C. se abalanzaron sobre él y le
propinaron patadas y puñetazos en la cabeza.
El agente sufrió fractura de bordes incisales de cuatro dientes
y rotura de las cúspides de otras 14 piezas dentales, además de
numerosas contusiones. La novia del policía, que se encontraba a
pocos metros, no dudó ayer en identificar a los dos acusados como
las personas que agredieron al policía.
El abogado de los acusados, Laureano Arquero, aseguró sin
embargo que en la pelea hubo más participantes que no han sido
llamados a juicio, por lo que pidió la suspensión de la vista oral,
petición que fue denegada provisionalmente por el Tribunal. El
juicio proseguirá el próximo martes en la Audiencia Provincial.
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