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El Ajuntament de Palma no descarta aplicar la ordenanza municipal que se lleva a cabo en Calvià contra la prostitución callejera, y que hasta el momento ha dado excelentes resultados prácticos. Por el momento, se está a la espera del primer juicio contra una mujer detenida en Calvià cuando ejercía la prostitución, para conocer cuál es el resultado de la sentencia.

Los antecedentes de esta medida adoptada en Calvià, pionera en España, datan de julio de 2003 cuando, en un pleno y por unanimidad, se acordó prohibir la prostitución callejera. Para ello el Consistorio incluyó como «actividad prohibida la utilización de la vía pública o las zonas de dominio público por parte de personas que ejerzan la prostitución». En síntesis, la ordenanza viene a equiparar la venta de practicas sexuales en la calle con la de cualquier otro producto, lo que es ilegal si no cumple con los requisitos y permisos necesarios. La idea se tomó de una sentencia emitida en noviembre de 2001 por el Tribunal de Justicia de Luxemburgo, la cual define la prostitución como una actividad económica, siempre que se lleve a cabo de forma independiente y autónoma.

A partir de ahí, cuando los agentes detectan una mujer que ejerce la prostitución en la calle le advierten de que comete una ilegalidad. Si dicha persona desiste en su actitud no se actúa pero, si pasado un espacio de tiempo se le vuelve a detectar, entonces queda denunciada de manera formal por un delito de desobediencia, previsto en el Código Penal, llevándose a cabo su arresto y puesta a presencia judicial.