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La Audiencia Provincial celebró ayer un accidentado juicio sobre tráfico de drogas que tuvo un final de jornada inesperado debido a la declaración de un acusado, que reconoció abiertamente los hechos en contra de la versión del resto de inculpados, que se declararon inocentes. En el banquillo se sentaban nueve acusados de organizar entre marzo y mayo de 2003 una red dedicada al tráfico de cocaína y heroína entre Barcelona y Palma, para quienes el fiscal pide penas que suman 108 años de cárcel.

El juicio, que estaba fijado para las 10.00 horas, comenzó a mediodía debido a los problemas de salud de una de las acusadas, una mujer de 65 años de edad que tuvo que ser evacuada en ambulancia para ser reconocida por el forense, que finalmente autorizó su declaración.

En la Audiencia se concentraron unos 80 familiares de etnia gitana, procedentes de Barcelona y Son Banya, la mitad de los cuales entró en la sala de vistas.

Durante las declaraciones, los ocho primeros inculpados negaron su participación en la red. El fiscal acusaba a cuatro de ellos de dedicarse a enviar la droga de Barcelona a Palma, a otros tres de vender la droga en Mallorca y a dos más de ser los correos. Todos ellos negaron los hechos. Una de las 'correo' llegó a decir incluso que creía que la heroína con la que fue detenida era jabón, aunque reconoció que «me olí algo, porque tonta no soy». En último lugar declaró Gabriel V.S., un funcionario del Consell de Mallorca que trabajaba como mecánico de la ITV. En su declaración, el acusado reconoció abiertamente que otro de los acusados que por entonces trabajaba con él, Miguel H.M., le ofreció entre 600 y 1.200 euros por traer un paquete desde Barcelona, paquete que le entregó la acusada Carmen S.V. El juicio proseguirá el jueves con la declaración de varios peritos.