El siniestro ocurrió a las doce del mediodía, cuando el obrero
se encontraba junto a un camióngrúa de la empresa Pol. Una
cuadrilla de obreros trabajaba en las obras de la autovía, en el
kilómetro 38 de esa carretera, en el desvío hacia Ullaró. De
repente, el camión volcó y la grúa, que estaba extendida y cargaba
en la pluma un andamio tubular, se precipitó sobre el trabajador.
Alfredo Serrano no pudo escapar y falleció al instante,
aplastado.
Sus compañeros, horrorizados, dieron aviso a los equipos de
emergencia y los primeros en llegar fueron tres camiones de los
bomberos de Inca, con ocho efectivos. Los funcionarios comprobaron
que la víctima había muerto y tuvieron que esperar a que otra grúa
levantara el brazo articulado que había aplastado al joven. La
Guardia Civil se hizo cargo de la investigación y también
comparecieron médicos del 061, que certificaron el óbito, y la
Policía Local de Campanet, ya que el accidente había ocurrido en
aquel término.
Sobre las causas del siniestro, los investigadores barajan dos
hipótesis principales. La primera es que el camión volcó porque la
pluma de la grúa levantó un peso demasiado grande, y la segunda que
los anclajes del vehículo se movieron, ya que el piso no era firme.
Desde CCOO se lamentó ayer este nuevo accidente laboral y se
criticó al director general de Salud Laboral, Fernando Villalobos:
«Le recomendamos que en vez de hacer demagogia con las estadísticas
de siniestralidad, tome de una vez por todas medidas para acabar
con los accidentes mortales». UGT, por su parte, pidió la
paralización inmediata de la ejecución del Plan de Carreteras
«mientras no se garantice la seguridad de los trabajadores».
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