Nada que ver con «Platero y yo». El protagonista de esta historia
es un asno de Artà, fogoso y temperamental, que en las últimas
horas ha intentado montar a dos ovejas y a una turista alemana, con
resultados desastrosos en ambos casos. Las dos primeras murieron
por las acometidas del animal y la veraneante ha tenido que ser
hospitalizada, con mordiscos en los brazos y golpes.
El equino, un ejemplar joven, es propiedad de un residente
alemán que vive en una finca de la zona de Son Catiu, en Artà.
«Está muy mimado, siempre le dan chocolatinas y es muy popular. Lo
que pasa es que nunca ha estado con una hembra y está muy
excitado», comentó ayer un vecino. Y a tenor del comportamiento del
burro, parece ser que es así. En la noche del miércoles se escapó
de la finca y se coló en otra, donde hay ovejas. Intentó montar a
uno de los ovinos, y lógicamente no lo consiguió. Luego la
emprendió a mordiscos contra la víctima, que murió, y repitió con
otra oveja, que también pereció.
El propietario de los terrenos contactó, indignado, con el dueño
del asno, que se disculpó y le indemnizó por los excesos de su
mascota. Pero el equino no se quedó satisfecho y ayer por la
mañana, a eso de las siete y cuarto, reparó en una joven que
practicaba 'footing'. Se trata de una turista alemana que se aloja
en una finca próxima a la del borrico, con unos amigos, y que salió
a correr a esa hora porque el sol todavía no castiga demasiado.
Tanta precaución, a la postre, le salió cara. El ejemplar volvió
a escaparse y se abalanzó sobre ella. La deportista, aterrorizada,
comenzó a gritar y el asno trató de montarla. Aquel espectáculo
esperpéntico duró algunos minutos, hasta que los alaridos de la
alemana alertaron a un vecino, que corrió a socorrerla. Cuando la
auxilió la joven, de 30 años, presentaba mordiscos en ambos brazos,
así como golpes y arañazos en distintas partes del cuerpo.
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