La Policía Judicial de la Guardia Civil ha abierto una
investigación para esclarecer la oleada de robos que se produjo en
la noche del lunes al martes en la lujosa urbanización La Abubilla,
de Santa Ponça.
Los seis chalets asaltados estaban habitados y sus dueños
dormían, por lo que no se enteraron de nada hasta la mañana
siguiente. La banda actuó con gran precisión y sigilo y en un
principio se especuló con que podían haber utilizado alguna
sustancia para aletargar a los moradores, aunque parece ser que no
fue así. Simplemente entraron en las casas con gran habilidad y se
movieron entre las sombras como auténticos profesionales. El botín
que obtuvieron fue considerable, sobre todo en joyas y dinero en
efectivo (tanto euros como moneda extranjera). Todo apunta a que
los robos los tenían perfectamente planificados.
Por la mañana los propietarios de los chalets, muchos de ellos
de nacionalidad extranjera, descubrieron que alguna puerta o
ventana había sido forzada y dieron aviso a la Guardia Civil. Se
trata de viviendas de gran lujo, dotadas de modernos sistemas de
seguridad, y uno de los enigmas es saber por qué no saltaron las
alarmas. Al parecer, la urbanización cuenta también con vigilancia
privada, y un coche patrulla a determinadas horas por aquellas
calles, para detectar la presencia de extraños.
La Policía Judicial inspeccionó todas las casas asaltadas y
llegó a la conclusión de que los ladrones eran la misma banda, que
un tiempo récord habían entrado en los seis chalets. El caso ha
causado la lógica alarma y la Benemérita ha dedicado numerosos
efectivos a la investigación, ya que existe el temor de que la
banda vuelva a actuar en otra lujosa urbanización de la isla. El
problema, en estos casos, puede radicar en que el morador de la
vivienda se despierte sobresaltado por algún ruido y se encuentre
cara a cara con los ladrones.
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