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Los vecinos de la calle Sbert de la urbanización de Son Roqueta, en Palma, vivieron ayer al mediodía momentos de angustia por un incendio forestal que se declaró en la finca de Son Fort, y que estuvo a punto de propagarse a una zona de pinar.

En el operativo también participaron dos aviones y una decena de bomberos, que impidieron que las llamas alcanzaran las fincas vecinas de Can Binimelis y Bellagre. Esta es la segunda vez en el plazo de un mes que los bomberos tienen que acudir con urgencia hasta aquella urbanización palmesana para sofocar quemas que se han descontrolado. La masa forestal está muy seca a causa de la escasez de lluvias de este invierno y también hay árboles caídos en la montaña, lo que puede propiciar otro siniestro en cualquier momento.

El origen del fuego podría estar relacionado con una quema controlada que se extendió a causa del viento. Una densa columna de humo se levantó sobre aquella finca, lo que alarmó sobremanera a los residentes. Fernanda, una de las vecinas, declaró que «he tenido que salir de casa con mi perro porque nos han recomendado que nos alejáramos del fuego». La mujer, de 50 años, siguió con preocupación las tareas de extinción, hasta que pudo volver a su chalet: «Primero temíamos que el fuego llegara a los pinos. Luego, a las descargas de agua de los helicópteros, que caían con muchísima fuerza».