La semana trágica que se ha vivido en las carreteras de Palma, con
cuatro muertos en dos días, ha trastocado todas las estadísticas y
ha disparado las alarmas. Casi un 80% de los fallecidos este año en
la capital balear son jóvenes de edades comprendidas entre los 18 y
los 32 años, una circunstancia que hace muchos años que no se
daba.
En total, este año han perdido la vida en las calles de Palma
siete personas. El primero en la lista fue un peatón de 87 años,
arrollado el 24 de febrero. Casi un mes después, el 25 de marzo,
otro viandante de 79 años corrió la misma suerte. A partir se ese
momento el resto de accidentes con víctimas mortales han sido con
jóvenes. El 30 de marzo falleció en Son Dureta Miguel Àngel Ferrer
Monserrat, un motorista de 24 años que días atrás había sido
atropellado por un coche en la calle Médico José Darder,
confluencia con Cardenal Despuig. El joven, casado, con una hija de
corta edad y cuya mujer estaba de nuevo embarazada, había quedado
en estado crítico tras ser embestido por un Volkswagen Polo que se
saltó un semáforo en rojo.
El lunes pasado se registró el peor accidente del año en la
capital. Patricia Fullana Picornell, de 25 años, Coloma Ramis Coll,
de 28, y David Suñer Jiménez, de 31, perecieron al estrellarse su
coche contra una farola en ses Fontanelles, en Can Pastilla. El
superviviente, Iván Méndez Carrasco, era el único que llevaba
puesto el cinturón de seguridad. El martes una motorista llamada
María del Carmen Porcel, de 20 años, se sumó a esta lista espantosa
de jóvenes muertos en las carreteras, tras una colisión en el Camí
dels Reis.
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