Los ordenadores del nuevo juzgado permanecían ayer apilados sobre sus propias cajas. Foto: EMILIO LÓPEZ
30/06/05 0:00
La imagen del nuevo Juzgado de Violencia contra la Mujer de Palma, que debía ponerse en marcha ayer, era la de una sala vacía con varios ordenadores recién desembalados y apilados sobre sus propias cajas. El juzgado no recibió ayer la partida de sillas, mesas y material de oficina, por lo que su puesta en marcha tuvo que retrasarse. Las siete funcionarias -todas mujeres- que trabajarán en el juzgado ocupaban su tiempo en mirar los catálogos de muebles, mientras la nueva magistrada, Marta Iglesias, desembalaba algunas cajas.
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