En las imágenes se aprecia cómo un hombre irrumpe en la entrada
y se coloca en posición de tiro, apuntando con el rifle a Chema, el
portero que le había dicho que tenía que abandonar el club. El
agresor estuvo unos segundos apuntando, momento en el que la
víctima, tras los primeros instantes de sorpresa, intentó entrar
dentro del club. Pero no lo consiguió. El agresor efectuó un sólo
disparo que impactó en el bíceps del brazo izquierdo. A raíz de la
fuerza del impacto la víctima se levantó un metro del suelo y cayó
desplomada. Entonces el agresor se fue hacia la calle. Dos de los
empleados, que todavía no habían asumido la importancia del hecho
debido al factor sorpresa, salieron tras él. Pero el agresor estaba
a punto de entrar en un todoterreno estacionado frente al edificio,
y cuando vio a los dos empleados les apuntó con el rifle, lo que
provocó que éstos regresaran al interior. Entonces Cristóbal C. se
marchó directamente a la Comandancia de la Guardia Civil, en la
calle Manuel Azaña, y se entregó. Allí fue recogido por un vehículo
del Cuerpo Nacional de Policía, que lo trasladó directamente a los
calabozos de la Jefatura Superior. Al lugar de los hechos se
desplazaron agentes de la Unidad Nocturna de la Policía Local,
varias unidades del Cuerpo Nacional de Policía y tres ambulancias
del IB-Salut. Los agentes del CNP iniciaron las primeras
diligencias, que después continuaron con los policías del Grupo de
Homicidios y de la Policía Científica.
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