El enemigo estaba en casa. Una camarera de un hotel de Calas de
Mallorca, en Manacor, ha sido arrestada por una oleada de robos en
el hotel en el que trabajaba. La mujer se dedicaba a limpiar las
habitaciones y ponía tanto esmero que también se llevaba efectos
personales de los turistas.
En la última semana los encargados del establecimiento hotelero
interpusieron un total de diez denuncias ante la Unidad Territorial
de Costas (UTC) de la Policía Local de Porto Cristo, que montó un
dispositivo de vigilancia entorno a aquel edificio. En un primer
momento se pensó que los ladrones procedían del exterior, y todas
las gestiones fueron infructuosas. Los días fueron pasando y los
intrusos seguían colándose en las habitaciones para hurtar cámaras
de vídeo, digitales, teléfonos móviles, DVD, dinero y joyas. La
frecuencia con la que se cometían los asaltos llegó a alarmar a los
investigadores, que redoblaron los esfuerzos y cambiaron el
enfoque. Habían recabado datos nuevos que apuntaban a que algún
empleado estaba implicado, y la vigilancia se estrechó sobre
algunas camareras y encargadas de la limpieza. La puerta de las
habitaciones no aparecían forzadas y poco a poco se fue estrechando
el cerco entorno a una trabajadora de 23 años, que curiosamente
había estado en casi todos los cuartos donde luego desaparecían
efectos. El viernes la UTC, con el consiguiente mandamiento
judicial, realizó un registro domiciliario en el apartamento de la
camarera y confiscó numeroso material ilícito. Era la prueba
definitiva y la joven, cuya identidad no ha sido desvelada, fue
detenida por un delito de robos continuados.
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