Gregorio G.P., el hombre que fue detenido el pasado jueves acusado
de estrangular a su mujer con un cinturón en el barrio de es
Vivero, ingresó ayer en prisión por orden del juez. Con pantalones
cortos y camisa de flores, sedado y la mirada un tanto perdida, el
acusado se negó a declarar ayer ante el juez, a pesar de que en un
primer momento confesó ante la policía que había estrangulado a su
mujer, Josefa Rodríguez, porque «estaba cansado de que chateara por
internet con otros hombres».
Gregorio G.P. estaba ingresado desde el viernes en la Unidad de
Psiquiatría del hospital de Son Dureta, donde los médicos
recomendaron que permaneciera hasta que estuviera en condiciones de
declarar. En principio el caso estaba en manos del juzgado de
instrucción número 10 de Palma, por lo que el preso acudió en
primer lugar a los juzgados de Vía Alemania. No obstante, el tipo
de delito motivó que el juzgado de instrucción se inhibiera en
favor del juzgado de Violencia contra la Mujer de Palma. Allí, el
juez sustituto, Jesús Trillo, ordenó su ingreso en prisión.
En principio, la fiscal acusa a Gregorio G.P. de un delito de
homicidio con el agravante de parentesco. Además de la declaración
del único acusado, el juez tomó declaración a familiares y testigos
cercanos a la familia. El acusado tiene dos hijos varones y una
chica, que en el momento del crimen se encontraba en el domicilio
de es Vivero.
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