El Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía ha abierto
una investigación para aclarar las circunstancias de la muerte de
un joven de 23 años que ayer al mediodía se precipitó desde un
séptimo piso de Palma.
A las 12.30 horas Francisco Javier C.A. cayó desde la azotea de
un edificio alto del número 15 de la calle Balmes. Justo en ese
momento un vecino llamado Pedro presenció la caída, y vio como se
estrellaba contra el techo de una planta baja, en el número 16 de
la calle Nuño Sanz. «Fue horrible, me quedé muy impactado y luego
llamé al centro de emergencias del 112», contó ayer el testigo a
este periódico. Los primeros en llegar fueron efectivos de la
Policía Local de Palma, que confirmaron que el joven había
muerto.
Los sanitarios del 061, que también se desplazaron hasta ese
lugar, certificaron el fallecimiento y el caso pasó a manos del
Cuerpo Nacional de Policía. Algunos vecinos prestaron declaración y
explicaron que habían escuchado un fuerte golpe, aunque no ha
trascendido si la víctima residía en la finca desde la que cayó. Se
trataba de un joven con problemas por depresión y los
investigadores barajan dos hipótesis: la primera, y que parece la
más probable, es que se arrojara al vacío, y la segunda es que se
trató de un accidente.
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