Los cinco dominicanos detenidos en la «Operación Deco» con un kilo
y medio de cocaína pasaron ayer a disposición judicial y el
magistrado ordenó el ingreso de todos ellos en el centro
penitenciario de Palma, al considerar que había indicios
suficientes para acreditar que formaban una peligrosa banda de
narcotraficantes.
Los acusados fueron trasladados desde la Comandancia de la
Guardia Civil a los juzgados de Vía Alemania a primera hora de la
mañana, y fueron entrando a declarar en el despacho del juez de
forma escalonada. Familiares y amigos se agolparon a las puertas
del Juzgado de Instrucción Número 3, a la espera de noticias sobre
ellos. La declaración de los dominicanos imputados no ha
trascendido, pero parece ser que varios de ellos negaron tener
relación con el alijo que apareció en la casa del supuesto
cabecilla.
La investigación del EDOA (Equipo contra la Delincuencia
Organizada y Antidroga) no ha finalizado, y hay algunos «flecos»
pendientes. Uno de ellos, el más importante, es determinar si una
pistola intervenida en la operación ha sido utilizada en algún
crimen cometido en la Península. Se trata de una Sig Sauer de 9 mm
parabellum, semiautomática. Junta al arma aparecieron 35 cartuchos
de esa munición.
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