Agustín H.M., en los juzgados de Vía Alemania, instantes después de declarar ante el juez de guardia. Foto: E.L.V.

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El juez de guardia decretó ayer la orden de ingreso en prisión para dos de los tres detenidos el pasado miércoles en Son Gotleu con siete kilos de cocaína. Se trata de Bartolomé G.C. y Agustín H.M., mientras que la pareja de éste último, una joven de 27 años, quedó en libertad.

Una veintena de familiares de los tres acusados acudieron a los juzgados y esperaron durante buena parte de la mañana junto a la puerta trasera, hasta que el juez dio a conocer su decisión.

En su declaración, Agustín H.M. contó su versión de los hechos. El detenido afirmó que un día, caminando por Son Gotleu, vio «a un chico negro que arrojaba una gran bolsa detrás de un coche». Agustín decidió cogerla, pensando que en su interior «había comida o ropa».

El joven se llevó la bolsa a su casa y, al abrirla, descubrió con grata sorpresa que dentro había siete kilos de cocaína.

Ni corto ni perezoso, pensó en obtener un beneficio económico y telefoneó a un amigo suyo «porque sabía que vendía droga». En una conversación con este «amigo», asegura que pactó entregarle dos kilos de cocaína a cambio de 1.200 euros.

El pasado miércoles Agustín fue detenido por la Benemérita, que obtuvo una orden de registro para entrar en su casa. Una vez allí, él mismo les entregó la bolsa con la cocaína. De este modo, el detenido niega la versión dada por los agentes de la Guardia Civil, quienes afirman que tuvieron que la droga se hallaba oculta en un mueble y que tuvieron que registrar la casa de forma exhaustiva.

En su declaración judicial, efectuada en presencia de la letrada Isabel Summers, Agustín H.M. exculpó totalmente a su pareja, de quien aseguró que no conocía ningún detalle de la operación, versión que ella corroboró. Ambos llevan viviendo varios años juntos y tienen dos hijos pequeños.

La detención de los tres jóvenes se enmarca dentro de la denominada «operación Olivera», puesta en marcha por la Guardia Civil el pasado mes de noviembre al recibir informes de que una pareja se estaba dedicando al tráfico de drogas a gran escala. Un equipo de investigadores del Equipo contra la Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA), comenzó a realizar tareas de seguimiento de los tres sospechosos en las inmediaciones de la vivienda de la pareja, situada en la calle Ferrer de Pallarés.