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F. RAMOS
Unos 50 policías locales de Llucmajor, fuera de servicio, recibieron ayer con una pitada al alcalde, Lluc Tomás, cuando acudió al cuartel para la tradicional copa de Navidad. En la fachada se habían colocado dos pancartas en las que se reclama la firma del convenio y otras promesas incumplidas. El alcalde, que acudió acompañado de tres regidores, acabó reuniéndose con éstos y el inspector jefe. Las protestas de los policías se centran en pedir una oficina en condiciones en s'Arenal; la firma de un convenio que hace dos años está pendiente a pesar de multitud de reuniones mantenidas entre representantes sindicales de UGT y SPPME y del Consistorio; que se les provea del material necesario y de primera necesidad; ampliar el cuartel de Llucmajor, insuficiente para acoger a la plantilla; y que se les dote de uniformes, cosa que no se ha hecho este año, entre otras reivindicaciones. Al alcalde se le hizo entrega de una nota reivindicativa en la que, al final, se señala que «se insta a este Consistorio que se informe de cuáles son las funciones de esta Policía Local y cuàles no, y de que ante todo hay que tener educación y respeto, términos que algunos de ellos desconocen que significan».