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En esta ocasión, a diferencia de lo ocurrido en Marratxí y Palma, donde los vándalos se limitaron a destrozar coches, los delincuentes que actuaron en Son Servera sí sustrajeron efectos del interior de los vehículos. La Policía Local y la Guardia Civil han abierto una investigación y las sospechas iniciales apuntan a una banda de magrebíes como posibles autores de la oleada de robos.

Los turismos estaban aparcados en la Plaça de s'Abouredor (antes Plaza García Ruiz), calle Major, Cos y de la Mar. La hora exacta del ataque se desconoce, pero los investigadores creen que fue entre las dos y las cuatro de la madrugada, del viernes al sábado. Los desconocidos -casi con toda seguridad eran más de uno- fueron forzando uno a uno los automóviles, utilizando una herramienta de las denominadas 'para de cabra'. Además de violentar la cerradura, también reventaron los cristales. De uno de ellos, propiedad de un contratista, sustrajeron dinero en efectivo, destinado al pago de las nóminas de unos trabajadores. También se apoderaron de teléfonos móviles y de un dispositivo de GPS. A primera hora de la mañana uno de los propietarios afectados descubrió lo ocurrido y presentó una denuncia en el cuartel de la Policía Local. A medida que fueron pasando las horas otros perjudicados hicieron lo mismo, tanto en el cuartel de la Guardia Civil de Artà como en la oficina de Cala Millor. En total, son doce los coches que han sufrido daños. En este sentido, los desperfectos son cuantiosos y hay varias compañías aseguradoras que han recibido peticiones de indemnizaciones.

Hace una semana, en Marratxí otra docena de coches fue víctima de vándalos, que destrozaron lunas delanteras y traseras, sin motivación aparente. De hecho, no robaron nada. Este fin de semana los hechos se repitieron en tres vías próximas a la calle Aragón, y también cerca de doce turismos amanecieron con los cristales traseros fracturados. Utilizaron un palo o una barra de hierro y lo hicieron sólo por diversión. No tocaron nada del interior.