En Irlanda, la policía sigue tras la pista del asesino. Ayer se
dio a conocer a través de algunos medios de información, entre
ellos el periódico Irish Independent, que los agentes han
encontrado indicios de que el asesino intentó manipular la escena
del crimen para que pareciera un suicidio. De hecho, los
investigadores creyeron al principio que la mujer se había quitado
la vida. Sin embargo, tras descubrir las marcas en el cuello y un
cable de aspiradora a pocos pasos de la víctima, esta teoría quedó
del todo descartada.
Los forenses siguen buscando rastros de ADN en el cable y en la
habitación de la mujer para intentar descubrir la identidad del
asesino.
En relación al sospechoso que fue detenido a las pocas horas del
crimen, sólo se sabe que es un hombre de unos 49 años y que quedó
en libertad sin cargos a las 12 horas de su detención, tal y como
dictamina la ley irlandesa. La razón de la policía fue que no se
pudieron encontrar suficientes indicios para imputar delito alguno
al acusado.
Asimismo se descartó que el detenido fuese su marido Brian, que
en el momento del descubrimiento del terrible suceso estaba
trabajando. El cuerpo había sido descubierto por el padre y la
hermana de Siobhan, quienes entraron en la casa por la mañana y
descubrieron a la mujer dentro de su cuarto, que había sido cerrado
para hacer creer que la mujer se había suicidado.
Además, su hijo de tres años de edad se encontraba en otra de
las habitaciones de la casa, aunque sano y salvo.
Según ha informado la policía irlandesa, el caso guarda muchas
semejanzas con el asesinato de otra mujer llamada Rachel O'Reilly,
de 30 años de edad, que apareció muerta en su domicilio de Dublín.
Los investigadores están siguiendo el procedimiento de
investigación de este caso mientras siguen a la espera de los datos
de la autopsia, que ayer aún no se habían hecho públicos.
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