Las últimas informaciones apuntan a que la mujer estaba en
trámites de separación de su marido, Brian, y que en los últimos
tiempos se habían dado «un tiempo» en su relación. Los vecinos del
barrio de Goatstown en donde residían apuntan a que últimamente la
pareja tenía algunos problemas, y que ambos discutían con
frecuencia por las licencias de obras de una residencia próxima a
su casa que pensaban poner en venta.
La mujer había viajado recientemente a Mallorca y preparaba su
regreso el próximo mes, para reabrir el hotel al público. Su
marido, sin embargo, no tenía intención de volver a Mallorca, según
fuentes cercanas al caso. Asimismo, estas fuentes informaron que
Brian se ha hecho cargo del cuidado de su hijo de tres años, que en
el momento del crimen se hallaba en el domicilio, aunque no en la
habitación de la madre.
Los medios de comunicación locales también han resaltado que el
crimen de Siobhan Kearney es el tercero en 18 meses de
características muy similares: mujeres en torno a los 40 años,
residentes en los alrededores de Dublin y asesinadas por medios
parecidos.
Sin embargo, las únicas pistas que se tienen actualmente de la
investigación son la detención de un hombre varias horas después
del crimen, y que fue puesto en libertad el mismo día de su
arresto. Su identidad no trascendió.
Tampoco se sabe nada de la autopsia realizada a la víctima, que
podría aportar valiosos datos. En principio, se cree que el autor
del crimen utilizó el cable de una aspiradora para estrangularla,
el cual fue hallado a pocos pasos del cuerpo. Los investigadores
están intentando localizar en este cable el ADN del autor del
estrangulamiento.
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