Unas 200 familias han tenido que pagar dos veces un piso, planta
baja o local que en su día compraron a Andreu Oliver en Palma. El
motivo fue que, tras dictar el Supremo el fallo que declaró a
Catalina Fullana hija natural, se decretó que todo el dinero que se
había pagado al apoderado de Trinidad Riera tenía que reintegrarse
a Catalina Fullana, y que debían de hacerlo los compradores de los
bienes inmuebles y no la persona o personas que habían recibido el
dinero.
Este era un dato desconocido hasta ahora, a nivel público, y que
han desvelado a Ultima Hora varios de los afectados a raíz de la
entrevista que se ha ido publicando con Antonio Vega. En síntesis,
los afectados cuentan que antes de la fecha de la muerte de Andreu
Oliver, el 8 de julio de 1981, le compraron uno de los cientos de
inmuebles que el hombre tenía repartidos por toda Palma. Estas
personas coinciden en señalar que «Andreu Oliver nos pidió un
adelanto, y después que cada mes fuéramos a una especie de oficina
que tenía, donde pagábamos la mensualidad».
Una de estas personas detalla que le entregó a Oliver 200.000
pesetas de adelanto y mensualidades de 16.500, por un piso en el
edificio señalado con el número dos de la calle Francisco Fiol y
Juan, «donde habrá un centenar de inmuebles y la gran mayoría han
tenido el mismo problema que yo». Dicha persona añade, y así consta
en una nota del Registro de la Propiedad, que la compra se efectuó
mediante contrato privado el 9 de noviembre de 1978 y por el precio
total de un millón quinientas mil pesetas. «Cada mes -añade- le
entregábamos las 16.500 pesetas y Andreu Oliver nos daba un
recibo».
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