El juez ordenó ayer el ingreso en prisión de Manuel H.J., el
«correo» detenido el pasado lunes en el Port de Palma con más de
cinco kilos de heroína, uno de los alijos más grandes incautados en
los últimos años en toda España.
Manuel aseguró que la droga no era suya, sino que se la metieron
en el equipaje en un descuido, ya que él sólo llevaba varias
«herramientas de trabajo». El detenido realiza trabajos esporádicos
en Barcelona, donde ha llegado a trabajar como aparcacoches y suele
dormir con frecuencia en albergues de acogida.
La operación que culminó con la detención de Manuel se inició
hace casi tres años, cuando la policía investigaba en Barcelona el
transporte de cocaína entre la ciudad condal y Mallorca. En ese
dispositivo, denominado «operación Fiesta», fue detenido el hermano
de Manuel, Antonio, cuando llegaba a Mallorca con dos kilos y medio
de cocaína. Esta detención el punto de partida de una larga
investigación que culminó con la detención del pasado lunes, y que
permitió descubrir una red que operaba en el Prat de Llobregat y
que introducía otros tipos de drogas en las Islas.
De este modo, la Unidad de Drogas y Crimen Organizado de la
Jefatura Superior de Balears, en colaboración con la policía de
Barcelona, descubrió que Manuel realizaba numerosos viajes en barco
hasta Mallorca. De este modo nació la «operación Brincos», y
durante los últimos días los agentes prepararon un minucioso
dispositivo para detener a Manuel.
El pasado lunes fue interceptado nada más bajar del barco de
Barcelona, en posesión de 17 paquetes que contenían 5.780 gramos de
heroína. La policía cree que la droga iba a abastecer el poblado de
Son Banya y la barriada palmesana de Son Gotleu.
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