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JAVIER JIMÉNEZ
Numerosos efectivos de la Guardia Civil se desplegaron ayer por la mañana por Peguera y Santa Ponça y registraron diez restaurantes de comida china, después de que se recibiera una información sobre la presunta aparición de restos humanos enterrados en el sótano de uno de los negocios.

A eso de las diez de la mañana los agentes acudieron a la calle Pins con cierta urgencia. Los primeros en llegar fueron efectivos de la Guardia Civil de Tráfico, en sus motocicletas, y luego hicieron acto de presencia funcionarios del cuartel, de uniforme y de paisano. Accedieron a un chino cerrado, en aparente estado de abandono, y localizaron un sótano profundo, que también inspeccionaron con la ayuda de linternas y focos.

En el local no apareció nada sospechoso y luego los guardias civiles visitaron otros dos establecimientos, con idéntico resultado negativo.

A las once de la mañana, una hora después de saltar la voz de alarma, se desmontó el operativo en aquella calle, aunque la investigación para aclarar el asunto continuó. De hecho, los investigadores se desplazaron a Santa Ponça e inspeccionaron otros siete restaurantes chinos. La información inicial que apuntaba a la presencia de restos humanos aseguraba que se trataba de tres niños fallecidos que habían sido enterrados ilegalmente en el sótano de un negocio chino.

Hoy por la mañana está previsto que la Benemérita siga con las pesquisas y no se descarta que el operativo se amplíe a otras zonas.