En el accidente de Campos chocaron dos turismos de frente y murieron los conductores. Foto: JOSEP MARIA SASTRE / GUILLEM MAS

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Un tramo recto de óptima visibilidad se convirtió ayer en la tumba de un conductor alemán y otro español. El accidente, además, se saldó con una mujer en estado crítico, y una madre y sus dos hijos de corta edad lesionados de pronóstico menos grave.

En el Toyota Corolla de alquiler, con placas de matrícula 3479-DXT, viajaba Michael Gehring, su esposa y los dos niños del matrimonio, de 8 y 6 años. El alemán, de 47 años, había organizado las vacaciones en Mallorca y la familia se hospedaba en Cales de Mallorca. A eso de las nueve y media de la mañana enfilaron el tramo recto entre Campos y Felanitx y cuando estaban a punto de llegar a la primera localidad se produjo la colisión fatal. El otro vehículo implicado fue una furgoneta Opel Combo, pilotada por Jesús Maestre Gómez, de 57 años, y en la que viajaba como acompañante una señora de unos sesenta años.

Los dos conductores fueron los que se llevaron la peor parte y el turista germano falleció en el acto, mientras que el español se debatía entre la vida y la muerte. Los testigos del siniestro se detuvieron en el arcén para prestar auxilio y avisar por sus teléfonos móviles del siniestro y el centro de emergencia del 112 puso en marcha el dispositivo de emergencia, en el que participaron los parques de bomberos de Llucmajor y Felanitx, la Policía Local, la Guardia Civil y ambulancias del 061. Los sanitarios intentaron estabilizar las constantes vitales de Jesús Maestre, practicándole masajes cardíacos en el arcén, junto a los restos retorcidos de su furgoneta.

Minutos después se confirmó que no había nada que hacer y aumentó a dos el número de víctimas mortales. La sexagenaria herida presentaba un cuadro médico muy preocupante, con traumatismo torácico-abdominal, fractura de muñeca y otras lesiones. En el Corolla también se estaba escenificando un auténtico drama: el cadáver de Michael estaba atrapado entre los hierros y sus mujer trataba de consolar a los dos niños, que estaban conmocionados. Durante más de media hora aquella carretera se convirtió en una ratonera para los conductores que iban llegando y tenían que detenerse, en uno y otro sentido. El subsector de Tráfico de la Guardia Civil se hizo cargo de la investigación sobre el siniestro.

La sangría en las carreteras continuó por la tarde, cuando un conductor mallorquín de mediana edad falleció en el Camí dels Reis, antes del desvío al monasterio de La Real. El accidente ocurrió al reventar el neumático de uno de los dos coches implicados, que invadió el carril contrario y chocó frontalmente contra el otro. Se trata de un Renault 4-L, que conducía el fallecido, Francisco Fuster Sansó, de unos 45 años, y un Opel Vectra, pilotado por otro conductor, que resultó herido. La Policía Local de Palma se hizo cargo del atestado y los servicios sanitarios del Samib trasladaron al lesionado hasta la clínica Juaneda, con lesiones de pronóstico leve.