El material recuperado por la Guardia Civil en la operación contra la mafia rumana. Foto: OPC

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De profesión: delincuente. Los doce rumanos capturados por la Guardia Civil tenían un historial delictivo tan extenso que se antoja extraño que siguieran campando a sus anchas por Cas Concos y Santanyí.

La Policía Local de Son Servera, el pasado día 13, intervino en un intento de robo de una británica, a la que quisieron sustraer el bolso. Los implicados, rumanos, huyeron a pie, pero fueron 'cazados' por los agentes municipales, que traspasaron las diligencias a la Policía Judicial de la Guardia Civil. Lo que parecía un delito aislado, de poco calado, fue convirtiéndose en un caso de interés policial. Los detenidos poseían cartas de identidad italianas falsas y permisos de conducir belgas e italianos, también manipulados. Todas aquellas pistas fueron facilitando información a los investigadores, que al día siguiente localizaron una de las casas de la banda, en Cas Concos. La mujer y los dos hombres que estaban en el interior, también del Este, fueron detenidos y se les requisó perfumes, prendas de vestir y diferente documentación.

Ese mismo día, casualmente, la Guardia Civil de Santanyí apresó a dos hombres y una mujer tras el intento de sustracción de una cartera a un turista. Un cuarto implicado se fugó en un coche de alquiler, pero no llegó muy lejos. Le dieron alcance en una casa próxima, en compañía de una mujer y ambos quedaron arrestados. Se registró su casa y se descubrió que tenían relación con los otros acusados.