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UH MENORCA/AGENCIAS
Apenas dos días después, Ciutadella ha vuelto a sufrir los efectos de una «rissaga». En esta ocasión, la oscilación del mar alcanzó los dos metros frente a los cuatro metros del jueves. La «rissaga» se produjo entre las 01.30 horas y las 03.30 horas del sábado, horario de máxima actividad de los locales de ocio, obligando a desalojar decenas de bares y a cerrar el acceso al tráfico rodado y a los peatones. En las tareas de desalojo y control de la zona colaboraron CNP, Policía Local y Protección Civil.

Las variaciones del mar no causaron daños materiales de consideración, a diferencia de la «rissaga» del jueves, con pérdidas calculadas inicialmente en nueve millones de euros por el Govern balear. Asimismo, el cambio de altura de las aguas en el puerto se produjo en esta ocasión de una forma más lenta que las oscilaciones registradas el día 15.

Sin embargo, esta previsto que se produzcan nuevas «rissagas» en los próximos días.

El fenómeno meteorológico ha obligado además a restringir la actividad de ferrys en el puerto a pocos días de las fiestas de Sant Joan. Durante el día de ayer, Baleària mostró su confianza en que «las instituciones competentes devuelvan cuanto antes la normalidad a la actividad comercial del puerto». De hecho, el eventual cierre al tráfico marítimo comercial ha obligado a la compañía a operar desde el puerto de Maó.

Por otra parte, ayer llegaron varios buzos desplazados desde Mallorca para inspeccionar, palmo a palmo, el fondo del puerto de Ciutadella para intentar localizar posibles restos de la «rissaga» del jueves.