Hace pocos días, un grupo de vecinos comenzó una recogida de firmas en la que, en apenas 24 horas, más de 50 inquilinos pusieron su rúbrica para pedir que cesen las «amenazas y el maltrato psicológico» al que aseguran estar sometidos.
Los padres afirman que cada vez que sus hijos atraviesan el patio interior, uno de los vecinos les insulta, les hace fotos a través de la galería y les ha llegado a amenazar con una escopeta de balines.
Hace algunos años, los menores afirman que les arrojaban ceniceros y botellas de cristal cada vez que pasaban por debajo de su vivienda.
Los padres niegan que los insultos se deban al ruido que puedan hacer los niños en el patio interior. «Por supuesto que en alguna ocasión han jugado dentro de la finca, pero eso nunca ha sido excusa para todo lo que ha pasado», alerta Lola. Además, los padres se quejan de que los tres denunciados también amenazan a los niños cuando les ven jugar en el parque municipal situado en la misma plaza Cosme Adrover.
Una riña en el patio que motivó la presencia de varios agentes de la policía fue la gota que colmó el vaso para algunos de los inquilinos. A partir de ese momento, cuatro de los padres decidieron presentar una nueva denuncia ante el juzgado de guardia de Palma, después de ser amenazadas de muerte por uno de los propietarios.
Los inquilinos, que ayer iban saliendo de sus casas y se reunían en el portal para mostrar su indignación, aseguran que están dispuestos a «manifestarse» y que pretenden entrevistarse en próximos días con Antoni Calvo, responsable del departamento de Menores y Familia de s'Institut de Serveis Socials del Consell de Mallorca.
«Lo único que queremos es que nos dejen en paz», afirma Lola, quien junto con varios vecinos más, ya ha pedido al Ibavi el traslado para irse de esta finca, al considerar que la situación es «muy agobiante».
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