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El helicóptero de la Guardia Civil rescató ayer el cadáver de un hombre de 41 años que murió despeñado en unos acantilados de Banyalbufar. La Benemérita ha abierto una investigación para aclarar las circunstancias de la caída.

El hombre cayó desde una altura superior a los veinte metros y su cuerpo quedó destrozado, cerca de la Torre de ses Ànimes. La Comandancia de Palma fue informada de la caída fatal y una dotación se desplazó hasta aquella zona de acantilados, junto al mar. En efecto, el cuerpo sin vida del varón yacía allí, muy cerca del agua y en un lugar de difícil acceso. El helicóptero y el GREIM (Grupo de Rescate e Intervención en Montaña) se desplegaron y una dotación descendió hasta donde estaba la víctima, la colocó en una plataforma y luego el aparato la sacó de las rocas. Algunos curiosos y vecinos se acercaron alertados por el ruidos del helicóptero, y presenciaron a cierta distancia lo que estaba aconteciendo. Finalmente, el cuerpo sin vida fue depositado en un campo cerca de los acantilados y un equipo terrestre lo trasladó hasta la carretera, donde poco después lo recogió la empresa funeraria. De forma paralela se inició la investigación sobre las circunstancias de la caída y se descartó, según informaron en fuentes judiciales, que se tratara de una muerte violenta. La víctima sufría al parecer de una depresión y no se descarta que se acercara a aquellos acantilados para quitarse la vida. Los investigadores, con todo, tampoco rechazaban por completo la idea de un accidente, aunque a medida que avanzaba la tarde las posibilidades eran cada vez menores.