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Los amigos y amigas de Ozana María do Santos, la brasileña desaparecida en Inca, y de cuyo caso se informó en estas páginas el pasado jueves, creen que «está muerta» y que «La han asesinado». Ozana María llegó a Mallorca hace unos tres años, tiene unos 50 años de edad y una hija en Brasil. Trabajó en locales de alterne de Inca primero y últimamente en Manacor. Hace un años y medio se casó en un matrimonio de conveniencia, pero ella residía con tres amigas de su misma nacionalidad, en un piso situado cerca del local de Inca donde trabajó. Las personas que la conocían cuentan que una noche de finales de enero dijo que tenía que irse a una fiesta, que al final no era tal. A la mañana siguiente hizo una llamada desde su móvil a una de las tres amigas, pero la comunicación se cortó y no llegó a hablar. Desde entonces no se han tenido más noticias suyas. Gentes del entorno de Ozana cuentan que era una mujer «a la que no le importaba irse con quien fuera, puesto que lo único que le interesaba era hacer dinero, y sobre esto ya la advertimos que podría traerle problemas».