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EMILIO LÓPEZ VERDÚ
Un juicio sobre abusos sexuales celebrado ayer en la Audiencia Provincial dio un repentino giro, después de que una niña de 10 años, supuesta víctima de abusos sexuales por parte de su padre, explicó ayer ante el tribunal que «todo había sido mentira».

El juicio dejó en evidencia un conflicto entre los miembros de una familia, quienes se acusan unos a otros de mentir sobre la veracidad de los abusos a la menor.

Todo se remonta a septiembre de 2002, cuando la niña contaba con seis años. Según el fiscal, «en al menos tres ocasiones su padre le realizó tocamientos en la vagina y en los pechos, le exhibía los genitales y le introducía su pene en la boca eyaculando».

Según explicó la tía de la menor en el juicio, comenzó a sospechar de que algo iba mal al ver que, en los juegos infantiles, la pequeña «estaba obsesionada con el sexo, jugaba con sus amigos a hacer el amor y cuando veía escenas de sexo protestaba si cambiábamos de canal».

A partir de ahí, la tía comenzó a hablar con su sobrina, quien le confesó todos los abusos cometidos por el padre.

La mujer envió a la pequeña a los servicios sociales, donde una psicóloga la examinó. Al cabo de un tiempo, la pequeña quedó bajo su custodia.

A esta versión sucedió la de los padres de la menor, que negaron las acusaciones y explicaron que las relaciones con la tía ya eran muy malas desde hacía tiempo. Al parecer, el origen del distanciamiento era que la tía de la pequeña había salido un tiempo con el padre de la niña, y que estaba actuando por despecho.

Protegida por un biombo, la niña explicó ayer que se lo había inventado todo. No obstante, los especialistas que la examinaron destacaron su carácter «desorientado, hipervigilante y con un escaso sentido de la imaginación». La psicóloga de urgencias que la atendió explicó que la pequeña le contó los episodios de abusos «con detalles y de manera muy espontánea». Añadió que la menor «veía películas pornográficas con su padre».

El fiscal solicita un total de 30 años de prisión por abusos sexuales y 18 años más de retirada de la patria potestad.