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AGENCIAS-VIENA
La primera entrevista televisada concedida por Natascha Kampusch, la joven que estuvo secuestrada ocho años en un sótano cerca de Viena, se ha convertido en el programa más visto desde que en la república alpina se comenzó a contabilizar el auditorio, en 1991.

Con un total de 2,7 millones de telespectadores, la entrevista entre Kampusch, de 18 años, y el periodista Christoph Feurstein, transmitida el miércoles por la noche por la televisión pública austríaca ORF, y posteriormente por la emisora alemana privada RTL, ha batido un nuevo récord. Más de 120 canales de televisión de todo el mundo solicitaron emitir al menos parte de lo que en Austria se ha calificado como «la entrevista del año. En España, Antena 3 la emitió ayer tras haber adquirido los derechos.

Natascha relató algunos de sus recuerdos más fuertes de su violenta captura y largo cautiverio. Vestida de forma moderna y con un pañuelo violeta en la cabeza, habló durante casi 40 minutos con Feurstein, quien ha seguido su caso durante los ocho años de su desaparición.

«Me siento bien, dadas las circunstancias. Lo que más hago es intentar relajarme, recuperarme del estrés de la huida», fueron las primeras palabras de Natascha ante las cámaras, y con ello también la primera vez que el mundo pudo oír su voz.

En un alemán muy elocuente, sobre todo teniendo en cuenta que pasó casi la mitad de su vida aislada del mundo exterior, Natascha contó luego los detalles de su captura, de su vida cotidiana, de los primeros intentos de fuga y de sus planes para el futuro.

Entre estos planes destaca el de crear una fundación para ayudar a otras personas que hayan pasado por su trance, como por ejemplo las mujeres secuestradas en México.

«Hay una región donde muchas mujeres son secuestradas antes o después de acudir a su trabajo y luego son maltratadas y asesinadas. Quiero usar el dinero para evitar que se produzcan más de esos casos», dijo en clara referencia a los crímenes de Ciudad Juárez, en el norte de México.

La joven impresionó por su fortaleza de carácter y su facilidad de expresión en su primera aparición pública desde su fuga a fines de agosto, estimó ayer la prensa local.

Kampusch mostró por primera vez su rostro, el de una joven atractiva y «normal» de 18 años, muchas veces sonriente. «Con seguridad en sí misma y sin dar lástima, Natascha Kampusch impresionó», resumió el diario Kurier. Pero «a pesar de algunas respuestas, quedan muchas preguntas», destacó.

La joven habló mucho, de manera positiva, de la relación con su madre, pero sin hacer referencia a su padre. Presentó versiones diferentes de su fuga, «y su relación con Wolfgang Priklopil, su secuestrador, siguió siendo tabú», añadió Kurier.

Priklopil se suicidó en la noche del 23 de agosto, horas después de la fuga de su rehén. Kampusch no quiso extenderse sobre su captor, pero contó que éste le hacía regalos de Navidad y Pascuas, y que soñaba a veces con decapitarlo con un hacha. Rechazó de entrada hablar de eventuales relaciones sexuales. «¿Qué me enoja más? Son las mentiras que he leído (en la prensa). Que habría abusado de mí...», dijo.