El crucero «Coral» salió el pasado viernes de aquella ciudad marroquí y la tripulación desconocía que, oculto entre unos camarotes, viajaba un polizón. Es probable que pudiera subir al buque con la connivencia de algún policía portuario marroquí, aunque ese extremo no ha sido confirmado. Sea como fuere, cuando el barco llegaba a Marsella, con numerosos turistas a bordo, la tripulación descubrió al inquilino y procedió a retenerlo en una zona destinada al personal. El lunes, a las siete de la mañana, el crucero atracó en el puerto de Palma y las autoridades isleñas fueron informadas de la presencia del polizón a bordo. Policías y agentes de la Benemérita subieron a la nave y se entrevistaron con el joven, que estaba en perfecto estado y llevaba su documentación personal. El muchacho explicó que su intención era llegar a algún país europeo para empezar una nueva vida, con mejores expectativas laborales.
El magrebí no llegó a bajar del crucero y hasta las dos de la tarde de ese mismo día, en el que la nave partió con destino a otro puerto mediterráneo, permaneció custodiado por la tripulación del «Coral». Asimismo, estaba previsto que la embarcación se dirigiera finalmente a Tánger, donde debía ser desembarcado y entregado a la autoridades de aquel país.
A pesar del elevado número de cruceros que atracan semanalmente en el puerto de Palma es bastante excepcional la llegada de polizones, en especial por los servicios se seguridad que casi todos los buques turísticos poseen.
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