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JAVIER JIMÉNEZ
En la noche de ayer los vecinos de las calles Can Vallori y Can Petit, en el casco antiguo de Palma, se sobresaltaron por la llegada de ambulancias, coches de policía y bomberos.

El motivo era un incendio que se declaró en un edificio abandonado y que se extendió a casi todo el inmueble. Se trata de una finca utilizada por toxicómanos para drogarse, según contaron los vecinos. Todo parece indicar que las llamas se iniciaron de forma intencionada y las dos calles quedaron cortadas mientras se prolongaban las tareas de extinción. En el interior del edificio en llamas había acumulada una gran cantidad de basura, que prendió con facilidad y permitió una rápida combustión.

El centro de emergencias del 112 coordinó el despliegue, que fue considerable y no estuvo exento de problemas. De hecho, los bomberos no pudieron acceder por según que calles porque eran demasiado angostas y en otras porque había coches mal estacionados que impedían las maniobras. Al cierre de esta edición la situación estaba controlada y los bomberos de Palma sólo tenían constancia de desperfectos materiales, bastante considerables.