Francisco J.R.L. pasó a disposición el pasado miércoles. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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EMILIO LÓPEZ VERDÚ
«Vine a Mallorca para trabajar y he arruinado toda mi vida». Poco después de confesar ante el juez que era el responsable de la muerte del joven Jorge Dinis, Francisco J.R.L. admitió ante varios allegados y personal de los juzgados su difícil situación personal. El joven compareció ante el juez muy nervioso y asustado el miércoles por la mañana, entre otros motivos porque unos 30 jóvenes de Son Ferriol le aguardaban a las puertas de los juzgados, y que protagonizaron varios incidentes con la policía a lo largo de la mañana.

A pesar de su doble confesión, Francisco y sus dos amigos detenidos ofrecieron varias contradicciones y omitieron importantes detalles en sus declaraciones.

Cabizbajo y arrasado en lágrimas, el detenido se abrazó a sus padres antes de la rueda de reconocimiento e incluso explicó su situación a varias personas más: «Tengo una mujer y un hijo; la he cagado». El joven llegó hace algún tiempo a Mallorca procedente de Huelva, con varios amigos más, para trabajar en la construcción.

El joven, de 24 años, explicó que no recordaba ninguna circunstancia de la pelea que originó el apuñalamiento porque «había bebido mucho alcohol y cocaína». No obstante, sus propios amigos declararon poco más tarde que esa noche habían bebido «sólo unas copas» y aseguraron que en absoluto «iban colocados». De igual manera, Francisco J.R.L. no ofreció ninguna explicación sobre la procedencia del cuchillo de cocina con el que asestó la mortal puñalada en el corazón a Jorge Dinis.

Francisco tampoco explicó cómo se originó el incidente. Los tres detenidos aseguraron que no conocían en absoluto a Jorge Dinis ni a su grupo de amigos, con el que coincidieron en el bar. Según las investigaciones, un conflicto con una vendedora de flores originó un incidente entre los dos grupos, que se encararon en el bar. A la salida se originó un tumulto del que por ahora se desconocen los detalles. Sin embargo, en un momento dado Jorge Dinis se quedó solo y alguien pidió a Francisco: «saca el cuchillo».