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EMILIO LÓPEZ VERDÚ
Siete de los nueve detenidos por pertenecer al denominado 'clan de La Eva' admitieron ayer en la Audiencia Provincial que se dedicaban a traficar con cocaína. Los nueve están siendo juzgados a raíz de una gran redada llevada a cabo en Son Banya en abril de 2005, y en la que policía y Guardia Civil intervinieron más de cinco kilos de cocaína y unos 700.000 euros en efectivo.

'La Eva' confesó que cayó en la droga y que por eso su marido la repudió. «Tomaba entre 10 y 12 gramos de droga al día; tengo el tabique nasal perforado, pero cuando se me reventaba la nariz y sangraba, me metía más cocaína», afirmó ayer.

Antes del inicio del juicio la policía restringió el acceso de decenas de familiares que esperaban a las puertas de la Audiencia. En su turno de declaración, los acusados reconocieron su pertenencia al grupo. Uno de ellos es el constructor Juan M.O.C., que explicó al tribunal cómo recogía los paquetes de droga y luego los entregaba. «Fui dos veces a Madrid y Valencia; ellos me decían lo que tenía que hacer», confesó.

La declaración más esperada fue la de 'La Eva', principal acusada. Esta mujer exculpó en su declaración tanto a su marido, Juan M.A.B. como a su madre, Dominga M.R., también acusados en esta causa.

Su esposo aseguró que él no tenía nada que ver con la droga, y que dedicaba todo su tiempo al mundo de los gallos de pelea. En el momento de las detenciones, según aseguró, se encontraba en Sevilla, en un campeonato nacional. «Sabía que algo raro había, y teníamos mala relación, pero los gitanos no nos divorciamos, no hacemos esas cosas», dijo.

No obstante, la fiscal leyó varias conversaciones en las que interviene el marido de 'La Eva', y en las que acuerda la entrega de «cajas de oro», que según los investigadores es cocaína.

La madre de 'La Eva' también aseguró no saber nada de la droga, aunque recibía llamadas «paranoicas» de su hija en las que le pedía guardar cajas en su casa. «Yo le daba la razón para tranquilizarla, aunque pensaba que todo era inventado», explicó. Sin embargo, la fiscal le recordó que la policía halló en su propia casa cuatro kilos de cocaína, tres cajas fuertes con 646.232 euros y una máquina plastificadora. «Hombre, allí me lo empecé a creer», reconoció la madre.