El caso se descubrió casualmente, ya que la señora sufría graves problemas de visión y tuvo que ser examinada por los médicos, que recomendaron una intervención ocular. En la noche del viernes al sábado médicos del PAC de Son Pizà acudieron a la vivienda de la septuagenaria, ubicada muy cerca de aquel centro. La mujer se negaba a salir del ático y lo que más llamó la atención de los facultativos era la gran cantidad de cajas, comida, botellas y todo tipo de basura que se acumulaba en casi todo el piso. Rápidamente comprendieron que se encontraban ante una víctima del síndrome de Diógenes y se pusieron en contacto con la Policía Local, ya que no podían dejar a la mujer entre aquella suciedad. Su familia, al parecer, hacía tiempo que no la visitaba y desconocía su obsesión por no bajar la basura.
Curiosamente, la señora no aparentaba un precario estado higiénico e incluso se había vestido con sus mejores galas para recibir a los médicos que la atendieron. Cuando le comunicaron que era necesario trasladarla a un hospital para ser intervenida empezó a ponerse muy nerviosa: se arrojó al suelo, pateó y gritó. Los agentes del cuartel de San Fernando trataron de calmarla, pero al final fue necesario que le aplicaran un tranquilizante. La familia fue avisada y cuando sus allegados llegaron comenzaron a bajar bolsas y cajas repletas de inmundicias.
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