La letrada Elena Catalán argumentó que no existían pruebas claras contra Markus e Yvonne, que no había riesgo de fuga y que, además, no podrían acercarse al niño, que está ingresado en un centro especial. El primer recurso no fue atendido, pero el día 1 la mujer consiguió la libertad sin fianza. Dos días después salió su marido, que tuvo que abonar una suma considerable. La pareja no ha regresado a su casa de Llucmajor, ya que sostienen que son completamente inocentes y que esa vivienda les trae muy malos recuerdos. De momento, pues, se alojan en un hotel.
El niño alemán podría ser trasladado en breve a su país, para quedar bajo custodia de sus abuelos, ya que se considera más apropiado que esté en un entorno familiar en lugar de permanecer internado en un centro especial. También se está estudiando la posibilidad de que una psicóloga germana lo trate, ya que de esta forma la barrera idiomática quedaría superada.
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