Poco antes del mediodía agentes municipales que estaban rastreando la playa por otro motivo se toparon con el proyectil, de unos 60 centímetros de largo y 10 de diámetro. Los agentes precintaron la zona y dieron aviso a la Guardia Civil. Varias patrullas confirmaron que se trataba de un aparato utilizado en maniobras navales y se pusieron en contacto con sus compañeros del GEDEX (Grupo Especial de Desactivación de Explosivos), para que lo retiraran de la arena. Los zapadores comparecieron en Son Bauló varias horas después y examinaron el hallazgo. En un primer momento adoptaron medidas de precaución, pero luego, cuando comprobaron que no había riesgo de que detonara, lo retiraron de la playa con la mano.
El artefacto llevaba inscrito en francés «Ne pas toucher» (no tocar) y en inglés «Dangerous» (peligro). La Guardia Civil y la Policía Local examinaron, palmo a palmo, buena parte de la playa de Son Bauló, por si habían aparecido otras bombas señalizadoras similares. El temporal de los últimos días arrastró el artefacto hasta la arena, según los investigadores.
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