El accidente se produjo en circunstancias que aún se están investigando. Según los primeros indicios, al timón se encontraba el joven Miquel. Al llegar a la bocana del puerto los tripulantes encendieron la pantalla del radar, y al parecer por un despiste no prestaron atención al rumbo. Esa circunstancia, sumada al hecho de que aún no había amanecido, hizo que la embarcación se desviara y se dirigiera directamente contra las rocas de es Cap Gros, a la salida del Port. La barca chocó contra unas rocas y quedó varada bruscamente, por lo que el joven sufrió un fuerte golpe al estamparse contra el timón.
Su tío logró liberar la barca de las rocas y dirigirla hacia puerto. Aunque el impacto había sido fuerte y causó graves desperfectos a la embarcación, la construcción de doble casco evitó que esta naufragase. Una vez en puerto se avisó al médico del PAC de Sóller. En los primeros momentos el joven se hallaba consciente y podía hablar. Al cabo de un rato se presentó en el lugar una ambulancia del 061, que trasladó al herido al hospital de Son Llàtzer. Sin embargo, al llegar al quirófano los doctores observaron que las heridas eran muy graves. El joven tenía lesiones irreversibles en el hígado, una hemorragia interna y varias costillas destrozadas, por lo que fue imposible salvarle la vida. La familia del joven es muy conocida en Deià, puesto que su madre es funcionaria en el ayuntamiento y la familia regenta uno de los restaurantes de Cala Deià, «Cas Patró March». Al tener conocimiento de la noticia, el alcalde Jaume Crespí anunció la suspensión de los eventos festivos para esta Nochevieja.
La embarcación fue remolcada hasta una empresa náutica, mientras la Policía Local y la Guardia Civil han iniciado más investigaciones para aclarar todo lo sucedido.
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