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JAVIER JIMÉNEZ
Los vecinos de la calle Son Peretó, en sa Vileta, andan un tanto inquietos. En los últimos diez días han ardido de noche tres vehículos aparcados en esa calle y ahora todos temen que el pirómano elija su coche para su próxima fechoría. David, uno de los residentes, resumió ayer la situación: «El primer caso pensamos que podía ser un accidente, pero después llegó otro y ayer el tercero. Está claro que alguien está quemando los coches y no sabemos si lo hace por diversión o por vandalismo. La cuestión es que la gente está bastante asustada». En la noche del sábado al domingo, aproximadamente a las doce y media, los vecinos volvieron a salir a la calle, sobresaltados. Una densa humareda se levantaba sobre uno de los turismos aparcados, propiedad de un vecino. El humo procedía de la parte delantera y en pocos minutos consumió el motor. Algunos de los residentes, con cubos de agua, intentaron sofocar las llamas, pero el incendio acabó ocasionando cuantiosos daños materiales.

Bomberos y Cuerpo Nacional de Policía acudieron a la calle Son Peretó, y comprobaron que la psicosis por el pirómano estaba muy extendida. «Estamos asustados. La nuestra es una calle donde es difícil encontrar aparcamiento a según que horas, y ahora todos tratamos de dejar los coches más lejos, por si acaso», añadió David. Los agentes llevaron a cabo una investigación in situ y preguntaron a los vecinos si habían visto a algún sospechoso poco antes de empezar el incendio, merodeando por aquella vía. A continuación dieron una batida por los alrededores, aunque no localizaron a nadie que infundiera sospechas. Además de los cuantiosos daños materiales en los dos coches y la furgoneta atacados, varias viviendas han sufrido las consecuencias del humo y las altas temperaturas y las fachadas han quedado ennegrecidas tras el paso del incendiario. De un tiempo a esta parte la Policía Local de Palma ha advertido un aumento considerable de los incendios intencionados en coches y en contenedores de basura de algunos barrios.