Francisca Bennàssar se refirió en Cort a la necesidad de seguir trabajando para eliminar la violencia de género.

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P.M.-J.M.A.
El delegado del Gobierno en Balears, Ramon Socías, dio ayer a conocer una parte del drama humano que ha generado el doble crimen. Socías informó de que la mujer ecuatoriana que fue asesinada el pasado sábado ha dejado huérfanas a dos niñas de 13 y 16 años de edad, y añadió que ambas «tenían la posibilidad de venir a Mallorca para comenzar una nueva vida puesto que ya contaban con los documentos legales para hacer el viaje desde Ecuador y para su estancia en España». El presunto asesino de Olimpia Ketty y de Jorge Juan Báez Ripoll, se negó a declarar ayer al mediodía ante el Grupo de Homicidios y hoy será presentado ante el juez. También ayer se efectuaron las autopsias. Del resultado de las mismas se desprende que hubo ensañamiento o «brutalidad» por parte del agresor. El cadáver del hombre presenta diez heridas de arma blanca y seis la mujer, debido a la fuerza con las que se asestaron las puñaladas se han encontrado algunas costillas rotas. En cuanto a la autoría, a nivel policial las investigaciones se dan por terminadas puesto que el caso parece estar claro. De hecho, el presunto asesino confesó él mismo a los policías, cuando estaba en la calle Aragón el pasado sábado, que había matado a un hombre y a su mujer.

En el Consolat de la Mar y en Cort se guardaron ayer minutos de silencio en repulsa por los asesinatos. La vicepresidenta del Govern, Rosa Estaràs, manifestó que es «urgente» modificar el modelo educativo que mantiene la creencia extendida en nuestra sociedad de que el hombre es superior a la mujer y puede controlar sus actuaciones, de modo que en el momento en el que no se produce lo que algunos hombres desean, éstos creen que tiene derecho a ejercer la violencia física o verbal contra su pareja. En Cort, la alcaldesa accidental, Francisca Bennàssar, dijo que se trata de «un caso muy triste pero debemos de seguir luchando contra la violencia de género».